Que dice la Ley 100
La Ley 100 de 1993 en el artículo 36, al establecer el régimen de
transición dispone que la edad para acceder a la pensión de vejez, el
tiempo de servicio o el número de semanas cotizadas y el monto de la
pensión de vejez de las personas que al momento de entrar en vigencia el
sistema tengan treinta y cinco años o más de edad si son mujeres o
cuarenta o más años de edad si son hombres, o quince o más años de
servicios cotizados, será el establecido en el régimen anterior al cual
se encuentren afiliados.
Uno es el régimen de seguridad
social en pensiones anterior al cual se encuentren afiliados y otra es
la situación relacionada con el vínculo laboral del servidor.
Las condiciones para acceder al régimen de transición en materia de pensiones, son independientes del vínculo laboral.
El
artículo 36 de la Ley 100 de 1993 sólo impone como requisitos para
obtener los beneficios del régimen de transición la edad o los años de
servicio cotizados, más en ningún momento el de estar afiliado a un
sistema de pensiones al entrar a regir la normatividad que regula la
pensión de vejez en la ley que introdujo el sistema de seguridad social
integral, dicho razonamiento corresponde a asuntos relacionados con
demandantes que al momento de la entrada en vigencia de la Ley 100 de
1993, no tenían vínculo laboral vigente.
Sin embargo, con
anterioridad a la fecha en que entró en rigor dicha disposición sí
estuvieron afiliados a algún régimen pensional.
resalta la Sala,
que, al implementarse con la Ley 100 de 1993 un nuevo sistema general de
seguridad social en pensiones, quiso el legislador que los trabajadores
“antiguos”, ya fuera por edad o por tiempo de servicios, que estuvieran
“afiliados” a un “régimen anterior”, no vieran frustradas abruptamente
las expectativas de pensión que tenían con el sistema al cual venían
cotizando, y ninguna expectativa vería frustrada quien, como el
demandante, no había estado afiliado a ningún régimen antes de la Ley
100 de 1993.
Por lo tanto, no se vería afectado con la
transición. Caso en el cual, además, como lo señala la réplica, no
podría determinarse cuál es el régimen anterior que resultaría
aplicable, sin que sea dado al afiliado escogerlo dentro del sector
privado o público a su conveniencia.
En ese orden, frente a las
hipótesis previstas en el artículo 36 es indispensable que el
beneficiario tenga 35 años o más de edad si es mujer, o 40 más años de
edad.